¿De qué manera el renting contribuye al valor agregado de una relación duradera con los…

La revolución del Renting Tecnológico
Desde el año 2008, debido a la crisis, el sector de las PYMES se ha encontrado con diferentes problemas para encontrar financiación. Esta una realidad que todos conocemos y que también ha afectado al canal de distribución TIC debido a la falta de liquidez en el mercado, el corte de líneas de crédito por parte de los bancos, el aumento de impagados, etc. Hoy os hablaremos sobre la gran alternativa de financiación, el Renting Tecnológico.
Las empresas, ante esta situación, han empezado a centrarse en el cómo y cuándo de la recuperación de la inversión, lo que ha propiciado la búsqueda de nuevas fórmulas de financiación o alternativas a la misma.
Entre las nuevas fórmulas o alternativas nos encontramos con el renting operativo, una fórmula flexible destinada al alquiler a medio y largo plazo de equipos y servicios, que cuenta con la posibilidad de adecuar la cantidad y características de los mismos a las necesidades de la empresa. De esta forma, podremos cambiar, ampliar y devolver los equipos a través de la renovación tecnológica, sin generar endeudamiento.
Hablamos de una alternativa a la financiación que, por la sencillez de su gestión y rapidez de aceptación y pago, se ha ido extendiendo rápidamente en el sector de las TIC, sector en el que la obsolescencia tecnológica es uno de los principales problemas. Los elementos tecnológicos reducen su valor de mercado en menos de 3 años, lo que produce costes adicionales al no dejarnos aprovechar las garantías que ofrecen los fabricantes. Además, los riesgos de avería se van incrementando con el tiempo, lo que genera costes de reparación e indisponibilidad para los usuarios.
Por estas razones, nos interesa poder utilizar estos equipos a bajo coste, es decir, poder utilizar los elementos tecnológicos durante el tiempo que sean útiles para la empresa dando paso a la renovación tecnológica.
El renting tecnológico nos aporta beneficios económicos y financieros y, a su vez, beneficios operativos.
Los clientes pagan sólo por el uso de los equipos, manteniendo la opción de utilizar sus líneas de crédito para otras actividades de su negocio, de forma que pueden prever y controlar sus presupuestos. Por otro lado, se desentienden de la gestión de los equipos y mantienen un acceso continuo a las nuevas tecnologías, que no conllevarán sobrecostes ni endeudamientos. De la misma forma, transforman sus presupuestos de inversión en gastos.
Esta alternativa de compra inteligente beneficia al canal, ya que el coste de renovación ya está previsto en el presupuesto y su impacto está diluido a lo largo del uso de los equipos.
Por todo ello, los distribuidores están optando por el renting tecnológico, ya que se trata de una fórmula que les permite realizar todo tipo de operaciones sin trasladar al cliente unos costes que no está dispuesto a asumir, asegurándose el cobro y consiguiendo un consumo mayor de sus clientes a través de la renovación tecnológica.
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